Mantuve una reunión previa con los clientes (amigos): «siempre nos gustó la idea de realizar una fotografía para felicitar la fiestas navideñas con un toque cómico».

Partiendo de esta premisa, inicié el proceso de investigación: imágenes de felicitaciones antiguas, de aire bizarro, incluso estética kitsch, con recursos humorísticos; durante el proceso de búsqueda empezó a interesarme las escenas con cierta teatralidad, por lo que fui inspirándome en escenas de los años 50, por su carácter cinematográfico y publicitario. Este período de los 50 encajaba perfectamente con el objetivo de nuestra invitación: avisar de un evento y publicitar el final de año.

Tras la fase de ideación, comencé a converger en el proceso: redacté un story/copy en el que plasme las tres escenas a representar. Ya con el guión marcado, buscamos la localización y elaboré todas la partes de escenografía y arte: maquillaje-peluquería, vestuario, atrezzo, ambientación, etc. Tras esto realizamos la sesión fotográfica, de la cual obtuvimos  la selección de fotos para los distintos diseños de la cover de las invitaciones.

Una vez diseñadas e impresas, añadimos un aspecto más decorativo mediante la técnica de embossing; y a modo de taller, aplicamos relieve al texto con polvos de glitter y fluorescentes. Además de las invitaciones se elaboraron otras aplicaciones como bolsas de cotillón, etc.

En la ideas de generar un efecto Wow no solo mediante el aspecto visual, quise incorporar un aspecto experiencial más a través de otro sentido como es el auditivo: incorporar una música personalizada que sonara al abrir la invitación.

Consistía en un chip grabable y cuya búsqueda fue muy intensa; me puse en contacto con empresas nacionales que tuvieran este tipo de materiales electrónicos, investigué y pregunte a los comerciantes del polígono chino «Cobo Calleja», me puse en contacto con empresas chinas mediante aliexpress, contacté con personas que por algún foro preguntaron por componentes similares a los que buscaba, etc. Finalmente, conseguí localizar lo que necesitabamos, e incluso compre alguna unidad a una empresa china para realizar algún prototipo… pero finalmente su implementación se hizo inviable por temas de costes. El pedido que había que realizar era muy grande, y los aranceles de aduana encarecían el producto. Por tanto, no pude llevarlo a cabo. Paralelamente a esto elaboré una playlist o lista «musical bizarra» a la altura de dicho evento, para que desde esta lista escoger el tema que grabaría en el chip.